5 mar 2012

Cambio climático: mucho o poco, caliente o frío

La magnitud de los problemas que, intuitivamente y también por recurrencia de la presión mediática, asociamos al problema del calentamiento del planeta y otros efectos del llamado cambio climático de origen antropogénico, hacen que esta cuestión siga presente en la agenda política y forme parte de las inquietudes sociales a pesar de otros dramas más apremiantes como la crisis económica. Si el CC-CG es un problema disparado que empeora realmente día tras día o simplemente una conjetura de imposible demostración (a pesar de evidencias parciales) es algo difícil de discernir para el individuo, incluso bien informado. Cuestiones de esta índole global y multidisciplinar que superan la capacidad de observación, la posibilidad de contraste empírico y la competencia analítica de cualquier persona particular, hacen que la opinión de cada uno se forme más frecuentemente a partir de actos de fe (el informe de tal o cual organismo, las manifestaciones de este u otro sabio, lo que dice tal revista ..) o incluso prejuicios, que haciendo uso del propio intelecto y del bagaje de conocimientos y métodos científicos de que cada uno dispone.

Sin entrar a tomar parte por ningún bando de opinión, sino simplemente como persona que sigue el tema con interés aunque sin convicción a priori en uno u otro sentido, me parece interesante aportar dos referencias recientes. La primera es una nota que publicó el diario The Wall Street Journal a finales del pasado mes de Enero con el título No Need to Panic About Global Warming, firmada por 16 científicos de instituciones del más alto nivel: Cambridge, MIT, Princeton, etc. La segunda es una reacción a esa misma nota en The New York Times del pasado viernes 2 de Marzo.

Personalmente me gustaría encontrar de vez en cuando referencias argumentando la verosimilitud y urgencia de los dilemas del CC-CG en The Wall Street Journal y, contrariamente, algún artículo que ponga en duda la gravedad del asunto en The New York Times. Pero a la vista de los hechos, eso parece tan improbable como leer en El País una opinión a favor del gobierno de ahora o en el ABC al de antes. Lo cual, francamente, da que pensar.

Creer, o no creer: that is the question para el pequeño Hamlet que hay en cada ciudadano.

Acceder aquí al artículo del WSJ y aquí al del NYT.


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